miércoles, 9 de diciembre de 2015

"La joven de la perla" de Tracy Chevalier es el libro elegido para completar las lecturas hasta Navidad.

Tracy Chevalier indaga en el Prado sobre «La joven de la perla», de Johannes Vermeer
El Museo del Prado acogió en 2003, dentro del ciclo dedicado a la exposición «Vermeer y el interior holandés», la última de las conferencias en torno al pintor. En esta ocasión la intervención se planteó a modo de conversación entre Tracy Chevalier, autora de una exitosa novela inspirada en la vida y en la obra de Vermeer, y Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación del Museo, en torno a «La joven de la perla», título de un conocido óleo del pintor holandés y de la obra de la autora estadounidense.Tracy Chevalier da vida a la enigmática muchacha del siglo XVII que inmortalizó Vermeer trasladándonos al entorno que vio nacer la obra. La autora conoció el retrato con 19 años, gracias a una reproducción de la joven de la perla. Observando a la muchacha reconoce que se enamoró de ella, que quedó fascinada por una joven que le pareció «inocente y seductora, llena de deseo y miedo a la vez». ¿Qué le habría dicho el pintor para conseguir de ella una expresión como ésta?, se preguntó entonces la escritora intentando descubrir la relación que pudo haber entre ambos.
La mirada de la joven resulta a los ojos del espectador íntima, una respuesta a un estímulo. Tras informarse sobre la vida de Vermeer y descubrir que nadie conocía la identidad de la joven, Chevalier se propuso escribir esta historia, pese a las críticas que pudiera recibir de los historiadores del arte, entre los que hay quienes conjeturan que la joven es la hija primogénita del pintor. La novela va más allá, dado que su autora parte del «erotismo y la proximidad física» que destila el cuadro e inventa una relación, en la que es una sirvienta en la que Vermeer descubre dotes cromáticas. «Ella aprende de él a ver el mundo. Es la historia de una maduración», explicó Chevalier cuando su interlocutor en la conversación de ayer quiso saber más sobre la relación entre el artista y su modelo.
La ambivalencia que sugieren los cuadros de Vermeer es, según Chevalier, lo que más atrae de su pintura. «No hay una narrativa; podemos pensar de sus obras lo que queramos, ya que en ellas no hay carga positiva ni negativa. Son como la vida misma, como una ventana en la que se atisba un momento íntimo», dice la novelista del pintor que le sirvió de inspiración.

Fuente: ABC 13/03/2003

La autora habla de "La joven de la perla" (La historia detrás del cuadro)