domingo, 19 de abril de 2020

Durante el confinamiento leeremos a Benito Pérez Gadós. "Lo prohibido" será la novela elegida


Para todos los grupos de clubes de lectura de los que soy monitora,  la siguiente novela que leeremos dentro del club de lectura será "Lo Prohibido" de Benito Pérez Galdós. Podréis descargar la novela de los siguientes enlaces:

El tiempo estimado será de unas cuatro-cinco semanas. A partir del 13 de Mayo podremos dar por finalizada la lectura (dependerá de vosotros/as) y así comentarla en el blog.  A partir de ese día, si la biblioteca vuelve a abrir sus puertas, podréis entregar el libro anterior del club que tendréis en préstamo, de lo contrario, os volveré a escribir con las nuevas noticias.

¡Esperamos volver a la normalidad lo más pronto posible!

Sinopsis:

Galdós recurre en Lo prohibido a uno de los recursos heredados de Balzac, incluir en la trama personajes de otras novelas suyas. Así aparecen, una vez más: la de Bringas, (ambiciosa hasta el adulterio); la Marquesa de San Salomó ("ultracatólica y adúltera"), salida de las páginas de La familia de León Roch; el avispado y ambicioso Manolito Peña, alumno de Manso, aquí convertido ya en personaje político; o Constantino Miquis, tardío vástago de la familia que sostiene la trama de El doctor Centeno

Como telón de fondo de sus idas y venidas se ven panorámicas del Barrio de Salamanca, la Puerta del Sol, el Retiro o Atocha. Se callejea, poco, por la calle Montera para visitar el viejo edificio del Ateneo, a punto de ser relevado por el nuevo de la calle del Prado; entran y salen los personajes de la Chocolatería La Colonial, Lhardy, "La Pajarita", "Bolsín", el Café de Santo Tomás o el establecimiento de "Abanicos Sierra" en la Plazuela de Matute. Y como en un escenario metido dentro de otro, Juana Bueno, verá pasar desde su balcón la procesión del Doscientos Aniversario de Calderón de la Barca.
En este "teatro del mundo" instala Galdós, una vez más, a su castiza heroína, la joven Camila, en un pulso de la naturaleza humana contra el cerco social, una lucha desigual y en esencia muy cervantina que luego repetirá en su siguiente novela Fortunata y Jacinta elevándola al límite de lo genial.
En una reflexión que algunos críticos han interpretado como autoanálisis, Galdós pone en boca de Don Rafael, tío del protagonista, este párrafo que José Fernández Montesinos selecciona como síntesis de la novela:
"Es el mal madrileño: esta indolencia, esta enervación que nos lleva a ser tolerantes con las infracciones de toda ley, así moral como económica, y a no ocuparnos de nada grave con tal que no nos falte el teatrito o la tertulia para pasar el rato de noche, el carruajito para zarandearnos, la buena ropa para pintarla por ahí, los trapitos de novedad para que a nuestras mujeres y a nuestras hijas las llamen elegantes y distinguidas, y aquí paro de contar porque no acabaría."
Fuente: Wikipedia

lunes, 13 de abril de 2020

Comenzamos el comentario de "El color del silencio" de Elia Barceló


Secretos de familia

Elia Barceló teje una tupida red de intrigas en 'El color del silencio', una novela con un pie en la sublevación de 1936 y otro en el Madrid actual


La lectura de El color del silencio deja la impresión de que Elia Barceló (Elda, Alicante, 1957) ha sumado un buen número de ingredientes de probado interés para un amplio espectro de lectores, dado el éxito que algunos de estos temas cosecharon en títulos que aún resuenan en nuestra memoria. La fórmula elegida para desplegar esa tupida red de intrigas y sucesos es asimismo eficaz, dada la capacidad de resonancia que incluso lo más nimio tiene en el cerrado ámbito de una familia, y ya no hablemos de cuanto se refiera a sentimientos y emociones de todo tipo, o de las relaciones que se establecen entre los miembros de tres generaciones distintas. No es discutible la madurez del oficio que muestra Elia Barceló a la hora de construir la estructura narrativa y dosificar la distribución de los diversos componentes de la intriga, aunque también en este aspecto los modelos están ya bien sedimentados: desde los resortes del folletín clásico, con sus dosis de suspense pospuesto a base de interrupciones en el relato, la alternancia entre dos o más enigmas repartidos en franjas temporales que permiten contrastar el pasado y el presente, o la composición al modo de un collage, incluida la incorporación de materiales —fotos, cartas, hojas de diario, recortes de prensa— guardados por una madre en una caja para ser entregada a su hija.
La figura del padre, Goyo Guerrero, hermano de armas de Franco y participante en la sublevación de 1936 que luego presta sus servicios en la inteligencia militar en Marruecos, centra uno de los hilos de la historia y nos lleva hasta el frustrado golpe del 23-F. El asesinato de su hija Alicia en la finca familiar de La Mora en 1969 sirve para proyectar el foco en torno a las figuras de aquel pequeño círculo, abierto al nomadismo hippy de la época. La boda de la nieta de Helena Guerrero propicia el retorno a Madrid de esta brillante pintora de fama internacional y el reencuentro con los fantasmas de un pasado del que en su día se huyó. Ambición, rencores, celos, envidias, traiciones, adulterios… impulsan las conductas, que nos asoman al mundo de la alta costura, el de la ingeniería financiera y la especulación inmobiliaria, una sesión de terapia de grupo para combatir la pareidolia o la trama de los bebés robados.
Recomiendo el visionado de esta entrevista. Pincha aquí
Fuente: El País 22/08/2017