miércoles, 28 de octubre de 2020

En plena segunda ola ya anunciada y esperada, comienza un nuevo curso de Club de Lectura. El curso "2020/2021"

En Octubre de 2020, en plena segunda ola de la pandemia, seguimos resistiendo y comenzamos nuevo curso.

Medidas de seguridad, más reuniones virtuales que presenciales,  cuarentenas para libros... así es como se presenta este curso tan difícil. Algunos me habéis pedido abandonar, y de momento no os doy "permiso" para hacerlo.

Las difíciles circunstancias que puedan darse en cada hogar y la incertidumbre que genera la pandemia,  no deben dejarnos influir para abandonar aficiones que siempre nos han enriquecido.

Pues bien, el primer libro que vamos a comentar este curso es "Si esto es una mujer" de Lorenzo Silva y Noemí Trujillo. Os dejo un artículo de XLSemanal en el que muchas de las dudas que hemos tenido en la sesión de hoy se van a resolver, y a la misma vez, si no tenemos pensada la cena, podemos tomar nota de la receta. Un toque diferente para un curso diferente.
¡Vamos a superar esta pandemia y lo haremos con buenas lecturas, o no tan buenas (depende de gustos en ocasiones)... pero seguiremos  enriqueciéndonos con las visones de cada uno de los miembros del grupo!  

Si esto es una mujer - Lorenzo Silva,Noemí Trujillo | Planeta de Libros

Este es el artículo:

Y por último, os dejo también una entrevista a ambos autores muy interesante que recomiendo ver.

Esperamos que este nuevo y difícil curso, nuestro lema sea:

"Prohibido rendirse". Respira hondo, busca un libro que te inspire confianza o te apetezca leer y sigue adelante. Luego, si te ha gustado ¡recomiéndanoslo!... ;)



4 comentarios:

  1. El libro, al empezar narrando en sus primeras páginas un macabro crimen sobre el que gira toda la trama genera gran expectátivas. A mi entender, se nos muestran unos personajes ricos, interesantes, Manuela una mujer de su tiempo con dificultades reales, divorciada y madre de dos hijos en edad difícil que debe conciliar vida personal y profesional sufre la reciente pérdida de su pareja de forma traumática, ahora disfruta de una nueva pareja, Alberto, que aparenta no ser tan bueno como se nos muestra al principio (y luego decepciona por finalmente serlo), una incorporación al trabajo con el reto de investigar un crimen sin pistas que parece no importar a nadie después de una baja laboral que aparenta traer dificultades... pero todo ese "parece" se queda frío, se te cae todo al suelo, ni dificultades, ni personajes ricos, ni nada de nada, los autores tras armar el libro me da la sensación se quedan sin ideas y terminan resolviéndola como cualquier otra novela del género, un crimen a resolver, una investigación muy fácil, una duda razonable entre un par de posibles asesinos y desenlace sin más. Pasa muy de puntillas por el drama de la trata de mujeres, sin llegar a más, esperaba ahondara en ese problema social y que la trama culminara atrapando a los malos de las altas esferas e hiciera un alegato sobre la justicia social. Finalmente, una historia sin más, que pareció iniciar con un mucho más y que terminó con un bastante menos. Mi calificación, por lo decepcionante: un 6. Me quedo con la frase "Vivimos en la era del vacío... hemos dejado de creer en un mañana mejor", muy acorde a los días que vivimos.

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    1. Totalmente de acuerdo contigo compañera con tu comentario sobre el libro. No tanto con la frase escogida, pues a pesar de las apariencias y de realidades incontestables, no estamos tan mal como nos parece ni somos tan malos como creemos si comparamos históricamente nuestra época con otras. Hace poco decía Daniel Barenboim que "vivimos en una época sin espíritu", yo digo: pero no sin esperanza.

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  2. Impresiones personales I

    Una inspectora de mediana edad se reincorpora al trabajo tras una baja laboral haciéndose cargo de un caso que llevaba varios meses sin avanzar. Este es el punto de partida de la historia que cuenta Si esto es una mujer basada, en parte, en un hecho real ocurrido en el año 2003 en Boadilla del Monte, un municipio de la Comunidad de Madrid. Impacta a la lectora el comienzo pues la introduce directamente en el acto del crimen, narrado en primera persona por uno de los cómplices, del que no se revela su identidad. Este breve capítulo inicial sitúa a la narración un el punto de más alta intensidad de toda la novela, sin duda intencionadamente, pero que puede resultar un gesto narrativo algo afectado contrastándolo con el tono de lo que sigue. Decae bruscamente y continúa con una sucesión de episodios en los que van presentándose los personajes y sus relaciones familiares, laborales o sentimentales. Pero principalmente estos episodios tratan de situar el presente de la protagonista en relación a lo ocurrido en su pasado cercano, tanto en las facetas anímicas o espirituales como las materiales o pragmáticas. Este conjunto de capítulos, carentes de intensidad, se alargan hasta bien avanzada la novela produciendo en el lector cierta sensación de impaciencia. Solo cuando se inicia la investigación del caso, ya en el ecuador de la narración, comienza a despertarse una ligera inquietud en el lector, que por otra parte, es consustancial a este tipo de historias en la que el núcleo sobre el que gravitan es un hecho o un personaje desconocido u oculto. A partir de este punto, la narración sube en energía pues los hechos que ocurren son de mayor trascendencia y se suceden con cierta celeridad, lo que provoca que aumente el interés de su lectura. No conduce esto a un aumento progresivo de la intensidad, ni narrativa ni de la propia historia, pues la resolución del caso se sucede, no sin cierta sorpresa del lector, de forma fluida y sin contratiempos. Concluye la historia, en un pequeño pulso de la narración, con la identificación de los autores del crimen, al que sigue como punto final, un estuario narrativo donde todos los hechos sedimentan, tanto los del caso investigado como los personales de la protagonista, remediando así parte de la realidad y propiciando un prometedor futuro para la mayor parte de los personajes y el castigo merecido a los criminales.

    La historia la cuenta en primera persona la inspectora de la policía nacional Manuela Mauri, la protagonista. Podríamos esperar por tanto que la narración se construyera mediante descripciones de los hechos y de las acciones, con las exposiciones de pensamientos o sensaciones tanto propias de la protagonista como de otros personajes. Sin embargo, prácticamente toda la narración transcurre en forma de diálogos, muchos de ellos extensos y detallados, que llevan al lector a deducir de que la protagonista, entre sus virtudes, tiene la de poseer una memoria prodigiosa para poder recordar con tanta exactitud tantos diálogos. En muchos de estos se describen o mencionan detalles de la acción superfluos o sobreentendidos que ni enriquecen ni adornan dichos diálogos. La acumulación de capítulos en los que la forma narrativa es, casi en su totalidad, la dialogada induce al lector a la sensación de estar más ante un guión de tele-serie que ante una novela.

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  3. Impresiones personales II

    La inspectora, que será el personaje principal de una nueva serie policíaca de los autores, se presenta en esta primera historia como una persona con afianzada seguridad en si misma y temperamental; de actos, en general, decididos y comprometida con cusas éticas. La necesidad personal de reparar el asesinato de una joven víctima de la trata de personas y forzada a la prostitución es el profundo impulso, alentado por la petición de ayuda de una compañera, que la lleva a hacerse cargo del caso y persistir en su resolución. Parece también ser una mujer leal, tanto a sus principios como a los compañeros o colegas que la ayudan en su trabajo. La personalidad del personaje se completa con lo que deducimos de los fragmentos de su vida personal que se intercalan en el transcurso del tema principal: su relación de pareja, su comportamiento con sus dos hijos o con su hermana o la confesión de pensamientos o reflexiones en la narración. No obstante , en su mayoría, son hechos o situaciones banales que reflejan la vida común que tiene Manuela en contraste con lo singular de su trabajo. En ocasiones tiene Manuela Mauri cierto discurso interior donde puede el lector apreciar pequeñas dudas o indecisiones y unas inquietudes intelectuales que se expresan en la narración con la mención de los títulos de sus lecturas, hecho que se relaciona directamente con el título de la propia novela.

    Es entretenida, aunque en su primera parte puede llegar a aburrir. De fácil lectura pues los diálogos son la forma predominante en la narración, encontrando en muchos de en ellos, partes insustanciales y sin ningún aporte psicológico o atmosférico la escena. No encontramos complejidad ni en la trama ni en la construcción de los personajes. La aparente facilidad con que se resuelve el caso, en el que las pesquisas siempre dan el fruto esperado concatenándose de forma sencillamente lógica, puede llevar a la incredulidad a la lectora. Esto hace que según llegamos al final de la novela vaya surgiendo la pequeña esperanza de que una pista encontrada durante la investigación forense al que parece no dársele importancia, desordene y dificulte la resolución del caso y sorprenda así la narración llevando al desconcierto y la duda, sensación mucho más interesante que la del acomodado final donde todo queda bien cerrado y todos contentos. Según expresan el profesor Àlex Martín Escribà y el bibliotecario Jordi Canal Artigas en una entrevista conjunta « la literatura policíaca es de consuelo: las historias acaban bien y vivimos en el mejor de los mundos posibles» . Aceptando estas definiciones, Si esto es una mujer es buen ejemplo de novela policíaca.

    Del conjunto, lo notable de esta novela que le dará un lugar en el recuerdo de mis lecturas es su propósito de denuncia de la trata de personas, de mujeres en su inmensa mayoría, para la explotación sexual. Esta atroz actividad sirve de ejemplo en la novela para hacer referencia al más universal y ancestral grito del ser humano hacia si mismo: contra el desprecio indiferente hacia las vidas de los otros, contradictorio e incomprensible comportamiento que nos ha llevado a los visibilizar continuadamente en nuestra historia el aspecto más perverso y perturbador del ser humano. Surge entonces la ilusión de que en esa teoría de la Coevolución genético-cultural pueda darse el fantástico proceso por el que la simple lectura de un libro como este produzca una pequeña mutación allí donde resida alguna raíz de nuestras perversiones y aberraciones, y esta, multiplicada y extendida en el tiempo, provoque su desaparición tal y como el Fuego hizo desaparecer la Inconsciencia.

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